Semana Mundial de la Lactancia Materna

Todos los años del 1 al 7 de agosto se celebra La Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMLM), una campaña coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna para crear conciencia y estimular acciones para promoverla. La OPS se une a la comunidad mundial para contribuir con los esfuerzos para fortalecer las medidas de protección y promoción, apoyando así el derecho a la lactancia materna en toda la Región de las Américas.

Tras la Declaración de Innocenti de 1990, se comenzó en 1992 con temas anuales que incluyen sistemas de salud, mujeres y trabajo, el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, apoyo comunitario, ecología, economía, ciencia, educación y derechos humanos. Desde 2016, la SMLM está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En 2018, una resolución de la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la SMLM como una importante estrategia de promoción de la lactancia materna.

Una malnutrición durante las primeras etapas del ciclo de la vida puede conducir a daños extensos e irreversibles en el crecimiento físico y el desarrollo funcional. Por lo cual, la nutrición juega un papel fundamental para la salud humana. En este sentido, la lactancia materna es la forma óptima de alimentar a los infantes, ofreciéndoles los nutrientes que necesitan en adecuado equilibrio y la consecuente protección contra enfermedades. El derecho de las madres a amamantar está asociado a los derechos a la vida, la salud, la alimentación y la protección de la maternidad. Para ello, la OMS y el Ministerio de Salud de la Nación recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida (sin incluir agua, jugos o infusiones, ni alimentos). Luego, comenzar a incorporar progresivamente los alimentos apropiados para la edad, manteniendo la lactancia hasta los dos años o más.

Para poder sostener la lactancia materna es necesario el apoyo de toda la comunidad: el acompañamiento de la pareja, la familia y todo el entorno, esto incluye la distribución de las tareas domésticas y de cuidado entre progenitores. A su vez, los ámbitos de trabajo y de estudio necesitan contemplar licencias por maternidad y paternidad, espacios para la extracción de leche y horarios reducidos para disponer de tiempo para alimentar al bebé en estos contextos.

Sería oportuno priorizar la investigación sobre lactancia materna para identificar brechas y modelos de mejores prácticas, asegurar que la lactancia materna esté en todos los niveles del plan de estudios, recopilar datos sobre las prácticas de lactancia materna entre los grupos vulnerables y trabajar con defensores y medios de comunicación para difundir mensajes basados en evidencias. La Universidad tiene un rol fundamental en la promoción de la lactancia materna y en fomentar investigaciones y conocimientos en torno a ella. En este sentido, entender diferentes aspectos de la salud de la mujer, quien practica la lactancia, es clave. Ella es una persona que se ve interpelada por numerosos factores, que pueden impactar en su nutrición y cognición, entre otros aspectos.

La alimentación materna se halla condicionada por factores socioeconómicos y subjetivos, así como por recomendaciones empíricas. Por ejemplo, el consumo de yerba mate puede verse modificado por supuestos sobre sus beneficios y riesgos para la lactancia materna, aunque carezcan de evidencia sólida. En consecuencia, se realizó el estudio de Scotta y col., el cual explora esto para establecer que la yerba mate fue una fuente polifenólica segura, no comprometiendo la composición química de la leche humana ni el estado nutricional materno.

Por otra parte, siguiendo el lema de este año “Proteger la lactancia materna: Una responsabilidad compartida”, que examina los entornos que faciliten que las madres y los bebés practiquen la lactancia materna, el trabajo de Miranda y col. establece que estas mujeres son susceptibles a factores estresores que pueden afectar esta importante función, lo cual se ve incrementado bajo la situación reinante de pandemia por COVID-19. Aquí, las intervenciones sobre la alimentación también son relevantes para promover la salud materna, en particular la esfera mental, así como la calidad nutricional de la leche.

En resumen, para favorecer la lactancia humana, es necesario prestar mayor atención a las necesidades de las mujeres que la practican, entendiendo su protagonismo y el rol de la integración de diferentes dimensiones (dieta, estado físico y cognitivo, producción láctea) en el éxito de esta valiosa práctica.

Datos del grupo de trabajo:

https://inicsa.sitios.fcm.unc.edu.ar/areas-de-investigacion/ecosalud-y-fitoquimicos/

Referencias:

  • Scotta AV,Cortez MV, Orosz L, Miranda AR, Soria EA. La yerba mate como fuente segura de polifenoles durante la lactancia humana. Rev Méd Inst Mex Seguro Soc, en prensa.
  • Miranda AR, Cortez MV, Scotta AV, Soria EA. COVID-19-related stress in postpartum women from Argentina during the second wave in 2021: identification of impairing and protective factors. Midwifery 2022;108:e103290. doi: 10.1016/j.midw.2022
  • Miranda AR, Cortez MV, Scotta AV, Soria EA. Dietary intake of polyphenols enhances executive/attentional functioning and memory with an improvement of the milk lipid profile of postpartum women from Argentina. J Intell 2022;10:e33. doi: 10.3390/jintelligence10020033