1 de junio – Día Mundial de la Leishmaniasis

El 1 de junio se busca visibilizar una de las 10 enfermedades tropicales desatendidas como lo es la leishmaniasis. Esta es una enfermedad antropozoonótica hemo-histo-parasitaria, producida por protoazorios del género Leishmania y transmitida en la naturaleza por mosquitos del género Phlebotomus y Lutzomya.  Dicha enfermedad está caracterizada por presentarse clínicamente con lesiones muco-cutáneas o viscerales con evolución a la cronicidad en la mayoría de los casos.

A nivel mundial, hay más de 12 millones de personas infectadas, con 0,9 a 1,6 millones de nuevos casos al año, entre 20.000 y 30.000 muertes y 350 millones de personas con riesgo de infectarse.

Los países que concentran el mayor número de casos de leishmaniasis visceral, forma mortal sino se la trata a tiempo, son India, Sudán del Sur, Sudán, Brasil, Etiopía y Somalia.

Entre los 10 países del mundo con mayor número de casos de leishmaniasis cutánea, cuatro de ellos están en las Américas: Brasil, Colombia, Nicaragua y Perú.

En las Américas, actualmente se registra un promedio de 55.000 casos de leishmaniasis cutánea y mucosa, y 3.500 casos de leishmaniasis visceral al año, con letalidad media de 7%. La leishmaniasis cutánea se registra en 20 países, siendo endémica en 18 de ellos (Colombia, Costa Rica, Brasil, Argentina, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Perú, Paraguay, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Guyana, Surinam, Guatemala, Guyana Francesa y México) y la leishmaniasis visceral en 13 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Nicaragua, Venezuela y Uruguay).

Las herramientas de prevención y control disponibles son limitadas, por lo que las personas expuestas deben tomar medidas para reducir el contacto con el vector. Además, las autoridades de salud deben implementar las acciones de vigilancia y cuando sea necesario realizar las intervenciones en salud pública.

El diagnóstico de la enfermedad es esencial para establecer un tratamiento específico y para limitar el progreso de la enfermedad, aliviar los signos y síntomas, y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Si no se tratan, las formas mucosa y cutánea difusa pueden conducir a la deformidad y la desfiguración, y la forma visceral puede ocasionar la muerte en más del 90% de los casos no tratados.

Los animales domésticos y salvajes actúan como reservorio de la enfermedad. Particularmente los perros son susceptibles a contraer la leishmaniasis canina. Dada su cercanía con el ser humano, es de suma importancia el monitoreo de casos y el empleo de todas las medidas necesarias para la prevención en estos animales.